En búsqueda de la ganancia prometida

¿Te acordás de las primeras PC?

Aparecían en oficinas y casas porque “era lo último”, aunque en el fondo nadie tenía muy claro para qué servían.
Nos fascinaba ver letras en la pantalla, o que un disquette pudiera guardar información.
Pero difícilmente lo asociábamos, en ese momento, con un cambio profundo de la forma de trabajar o de vivir.

Hoy, con la inteligencia artificial, pasa algo parecido.

Empieza a estar en todos lados porque es el nuevo juguete del mundo, pero pocos logran liberar su potencial real y convertirla en un impacto positivo dentro de sus vidas.

💵 Solo un 6 % de las organizaciones logra escalar con resultados financieros sostenidos gracias a la IA

Así lo indica McKinsey en su último informe: The State of IA in 2025.
Ese pequeño grupo, al que la consultora denomina organizaciones de alto rendimiento, reporta impactos financieros concretos, con más del 5 % del EBIT atribuible al uso de IA.

3 cosas que hacen distinto:

1. Integran la IA con foco en innovación y crecimiento, no solo eficiencia
   
   Traducción: no buscan solo ahorro de costos, automatización o agilidad. Apuntan a generar ingresos con nuevos productos, servicios u oportunidades que antes no eran viables.
   
   

2. Rediseñan procesos para que la IA sea parte del flujo
   
   Traducción: en lugar de adherir la IA a procesos existentes, reforman desde cero el modelo de trabajo, adaptando tareas, roles y dinámicas para que la IA sea parte integral del modelo operativo.

   
   

3. Involucran al liderazgo desde el inicio
   
   Traducción: CEOS, directores y gerentes están siempre involucrados en la definición del rol de la IA dentro de la estrategia de negocio, asignando recursos, fijando objetivos y exigiendo resultados. Sus tareas no se delegan solo al área técnica.

   
   
   

La IA y sus agentes ya están entre nosotros. Y aunque la mayoría esté en fase de prueba, parece que es hora de empezar a decidir qué hacer con ellos.

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Caro.