• Caro Bellora
  • Posts
  • El alivio de rechazar una propuesta laboral

El alivio de rechazar una propuesta laboral

Aprender a decir que no puede salvarte de tu propio entusiasmo.

¿Alguna vez dijiste que sí porque la propuesta te hacía sentir importante?

Pasa seguido.

Muchas veces, el deber ser nos empuja a aceptar lo que no suma por miedo a quedar mal, a que no nos vuelvan a llamar o a bajarnos del tren del “éxito”.
En estos casos, la dificultad no está en decidir por capacidad, sino por deseo.

🤔 ¿Realmente anhelamos ese nuevo rol?

Anticipar escenarios no siempre es pesimismo: también es madurez profesional.

Si no lo combinamos con análisis y lógica, el entusiasmo es un pésimo asesor: nos hace decir que sí, rápido, a todo lo que suena bien.


Que a la emoción la respalde la evidencia

Antes de aceptar o rechazar cualquier oferta, tomate unos días para responder algunas preguntas:

  1. ¿Qué gano y qué pierdo si tomo esta oportunidad?

  2. ¿Está alineada con mis objetivos personales y profesionales?

  3. ¿Cómo impactaría mi vida, mi entorno y mi nivel de energía?

  4. ¿Digo que sí por deseo o por miedo a perder la oportunidad?

  5. ¿Qué pasaría si digo que no?

  6. ¿Qué versión de mí exige esta decisión? ¿Quiero ser esa versión ahora?

  7. ¿Estoy preparado para los costos ocultos? (Por ejemplo: más presión, menos tiempo con mis hijos, menos descanso, etc.)

  8. ¿Qué referente profesional o persona importante para mí puede darme una opinión valiosa sobre esta decisión?

  9. ¿Qué información o datos me faltan para decidir con más tranquilidad? ¿Cómo los puedo conseguir?

  10. Si esta decisión fuera irreversible por 12 meses, ¿seguiría diciendo que sí?

No toda oportunidad “importante” es para vos. Distinguirlo y actuar en consecuencia vale tanto como cualquier sí.

➡️ Seguime y contame qué opinás.

Caro.